MIREPOIX Y CAMON (Dos localidades entrañables)

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Doy por hecho que los reportajes de esta semana le han encandilado. Pero en la vida hay que procurar diversificar, hay vida más allá de las montañas, y la visita a núcleos con encanto es otra de mis especialidades. La tarde del jueves, tras asearme y acicalarme en Tarascon sur Ariège, la dediqué a visitar dos localidades que tenía en cartera: Mirepoix y Camon.
La primera parada es en Mirepoix, un bello enclave.

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Ubicado entre Pamiers y Carcassonne, se trata de un pueblo medieval que se ha apoyado en el turismo para subsistir.

Fue reconstruido en 1289 tras una riada y su trama urbana sigue las formas de la geometría rectangular.

Todo ello para desembocar en la plaza mayor, su postal más célebre, compuesta por casas de madera y adobe que se combinan sobre galerías de madera para constituir unos soportales repletos de tiendas y mercadillos.

Yo me encontré el pueblo lleno de visitantes.

Y tras tomar un refrigerio, procuré visitar todas las esquinas de Mirepoix.


Incluida la catedral de Saint-Maurice.


No duden en visitar Mirepoix. Les gustará.






A continuación me desplazo hasta Camon, un concepto contrapuesto al de Mirepoix. A trece kilómetros de éste último, su visita nos deleitará si quieren tranquilidad.

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Es un rincón encantador, más modesto y menos masificado que Mirepoix, que se encuentra en la lista de los pueblos más bonitos de Francia: ver web.

La luz crepuscular ayuda a mejorar la calidad de unas imágenes rebosantes de paz.


Camon atesora una abadía y una iglesia pero lo que tiene, sobre todo, es encanto.

No dudé en indagar por sus estrechas callejuelas, que parecen sacadas de un cuento.


Aunque también pude admirar algunas casas que rezuman historia.

Sigo paseando y escucho el silencio.

Y veo que la cámara se dispara sola. Sin control...


También hay un espacio, por lo que pude investigar, para acaudalados clientes...


Y abandoné Camon con esa placentera sensación de que había conocido una pequeña joya.

Habrán podido comprobar que no sólo de montañas vive el hombre...