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Hay un rincón perdido del Pirineo leridano donde el comensal es feliz. Un restaurante entrañable en el que el cliente vive una experiencia maravillosa. Con los productos de la tierra y una presentación acorde a los nuevos tiempos, Cal Kiko se presenta como un enclave de obligada visita si uno se encuentra por la zona. Fue el postre de mi periplo por los dos Pallars y, valga la redundancia, el postre de la cena fue un auténtico espectáculo. El mejor de mi vida. Viva el filiberto.
Ubicación: Llessui, Pallars Sobirá, Pirineo, Lleida, Catalunya.
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El local ha sido renovado aunque aún guarda parte del encanto de los viejos tiempos, sobre todo en la barra.
Una de sus particularidades reside en la tabla de embutidos, absolutamente jugosa gracias al alioli de membrillo (colosal), el foie gras local, queso de Idiazabal, xolis, secallona y bull. El vino, también de la tierra, nos lo sacan en un porrón.
Llorens elige de primero unas verguelagues con esqueixafa de bacalao.
Yo me inclino por una berenjena rellena de setas.
Y de segundo pedimos el palpís, una especialidad de la comarca a base de cordero.
Y terminamos con el filiberto (yogurt natural casero, con helado de nata y coulis de grosella). Para ser tan joven, ya acumulo una dilatada trayectoria en gastronomía y nunca había vibrado tanto con un postre. El primer contacto me condujo a los recuerdos de la infancia, me recordó al sabor de las gominolas y además no se me hizo nada empalagoso. Un verdadero logro que todos los restaurantes del valle copian pero que nadie llega al nivel de Cal Kiko. Si ya ha tenido un hijo, plantado un árbol y escrito un libro, no lo dude. Le queda probar el filiberto.
A FAVOR: Cocina original, abundante y económica. El postre es soberbio, difícilmente superable.
EN CONTRA: El pueblo está a desmano y puede desanimar a algunos clientes.
Y os dejo una página con algunos datos: ver web
Gracias al buen gusto de Llorens descubrí uno de esos sitios únicos, que debería aparecer en la colección de los buenos gourmets.
miércoles, 28 de agosto de 2013
CAL KIKO (LLESSUI): El postre de mi vida
GRAN TUC DE COLOMERS, 2.926m (Otro clásico de Aiguestortes)
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El Gran Tuc de Colomers es otra de las montañas más reconocidas de Aiguestortes. Cuenta con varios accesos (Llong, Tredós...) y en esta ocasión nos inclinamos por el estany de Sant Maurici para conocer otra de esas postales clásicas de la cordillera pirenaica. El recorrido es áspero y un tanto pesado, fundamentalmente debido al tipo de terreno, así que es posible que la satisfacción sólo la sintamos al coronar la cumbre.
Ubicación: Macizo de Colomers, Pirineos, Lleida, Catalunya.
Cima: Gran Tuc de Colomers (2.926m).
Desnivel acumulado: 1.258m.
Distancia: 18,68km.
Duración: 7h y 45min.
Acceso: Partimos desde el estany de Sant Maurici, al que se llega vía taxi de pago desde la localidad de Espot.
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9:52. Iniciamos la marcha desde la orilla del estany de Sant Maurici (1.869m).
Desde donde podemos contemplar Els Encantats, una mezcla entre el Midi d'Ossau, Pedraforca y Forcanada.
Tomamos el ancho camino que pasa al lado del refugio de Ernest Mallafré.
Y continuamos bordeando uno de los lagos más famosos del Pirineo oriental.
Llorens me advierte de que en lontananza podemos apreciar el refugio de Amitges junto a sus agujas homónimas.
Proseguimos superando el desnivel que nos separa del collado.
Se trata de una senda clara e incluso demasiado domesticada en algunos momentos.
Ahí delante está el primer punto clave de la jornada.
11:45. Portarró de Espot (2.397m), en algo menos de dos horas desde Sant Maurici.
Desde este punto veo por primera vez el Gran Tuc, semitapado por la niebla.
Llorens decide subir a otra cumbre y yo continúo bajando hacia la vertiente de Llong. En la primera curva cerrada a la izquierda, tomo este desvío hitado por la derecha.
Se trata de un flanqueo más o menos cómodo que, sin apenas perder altura, me encamina hacia el Gran Tuc.
Tras pasar al lado del estany del Bergús, el terreno se vuelve pestoso. Hay que armarse de paciencia para empalmar los hitos e ir superando las diferentes terrazas en un ejercicio que desgasta.
Para colmo la superficie se vuelve caótica y debo atravesar un infernal mar de bloques.
Es el punto crítico de la jornada, cuando incluso pienso en una retirada. Pero la constancia es una virtud en la montaña y, salto a salto, voy acercándome a la marcada y evidente brecha.
Vuelvo a enganchar una senda más oficial y respiro aliviado.
La pendiente no da tregua pero ya he asimilado que la cumbre es mía. Lo peor ya ha pasado.
Alcanzo la pared y progreso con facilidad.
Alcanzo el collado bastante eufórico, pese a que la meteorología no es la mejor.
Giro a la derecha y supero la última pala, accesible.
14:07. Gran Tuc de Colomers (2.926m), en cuatro horas y cuarto desde Sant Maurici.
La niebla entra y sale mientras dedico media hora a recuperar fuerzas.
Plenamente repuesto y con la satisfacción de haber cumplido el objetivo, desciendo raudo hacia el collado.
Y bajo el corredor.
Realicé un descenso mucho más acertado, directo, cómodo y rápido.
En realidad seguí en su mayor parte el sendero oficial, el que pasa a la vera de unos estanys. Nada que ver con el mar de bloques de la subida...
Y para cuando me di cuenta, ya estaba en el camino de la mañana. Llorens, mientras tanto, había aumentado su conocimiento pirenaico con la ascensión a esa cima puntiaguda del centro de la imagen.
Cruzo el desagüe del estany del Bergús e inicio el flanqueo de vuelta al camino de la mañana.
Típico momento en el que avanzas feliz, sin contratiempos, con la mente despejada. Pletórico.
Y deseando volver a encontrarme con Llorens para intercambiar las impresiones de la jornada. Éste es el momento en el que me uno al camino mañanero.
Me espera el Portarró de Espot. Escucho un grito de Llorens, que me ha visto antes que yo a él.
Y descendemos juntos al punto de partida. Estamos contentos porque el plan ha salido bien. Tal y como queríamos.
Nos caen cuatro gotas pero nada importante. Me atrevería a decir que hasta hemos tenido buena suerte con el tiempo, porque no ha hecho ni calor ni frío.
Desde el sendero aprovecho para inmortalizar el estany de Sant Maurici junto a Els Encantats, una de las fotos clásicas del Pirineo. Típico sitio en el que tienes que estar.
Lo cierto es que el descenso nos depara varias imágenes espectaculares.
Y culminamos el recorrido volviendo en esta ocasión por la presa.
17:30. Fin del itinerario.
Y os dejo el mapa de Topopiris.
Y os dejo la imagen 3d del Google Earth.
Y os dejo el perfil.
Y en wikiloc os dejo el track (sólo ida): ver track
LAS NOTAS (La escala es del 1 al 5):
DIFICULTAD: 5. Se trata de un recorrido bastante duro, sobre todo a partir del primer collado. Las últimas dos horas son pesadas, incómodas e incluso aburridas. Para superar todo eso, hace una falta una fortaleza considerable.
BELLEZA DEL ITINERARIO: 4. Destacaría sobre todo los paisajes del principio, absolutamente sobrecogedores. El final baja un poco la nota, porque no es un terreno agradable. Multitud de lagos que dan realce a la ascensión.
IMPORTANCIA DE LA CUMBRE: 5.
El Gran Tuc de Colomers, otró clásico de Aiguestortes. Otro clásico para la colección.