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El maravilloso viaje de la semana pasada por tierras cátaras llegó a su fin el jueves, cuando visitamos Foix y Saint Lizier. Subimos al castillo de Foix para confirmar que, efectivamente, la mejor opción de contemplar una localidad es verla desde las alturas.
También recorrimos sus calles con los ojos de un viajero, que siempre presta más atención que el local.
Finalmente, paramos a comer en Saint Lizier sin olvidarnos de visitar esa joya de iglesia, Patrimonio Mundial de la Humanidad.
El Pirineo ya estaba cubierto y era el preludio de la lluvia que nos azotaría camino a casa.
jueves, 9 de mayo de 2013
FOIX Y SAINT LIZIER (La despedida del catarismo)
miércoles, 8 de mayo de 2013
QUERIBUS, PEYREPERTOUSE Y GALAMUS (Una trilogía imparable)
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Al día siguiente realizamos otra de las excursiones clásicas de esta región. Visitamos tres castillos, dos de ellos los más representativos de la comarca, y rematamos la jornada con una comida en un pueblo encantador y un paseo de vértigo por una de las gargantas más profundas del Pirineo.
Aún es pronto cuando arribamos al castillo de Puilaurens, ubicado en otro promontorio aéreo.
Pero el día es soberbio y aprovechamos para inmortalizarlo de lejos y de cerca.
Una carretera preciosa que pasa por los viñedos de Maury nos deposita en el collado homónimo, a los pies del castillo de Queribus. Éste sí que merece una visita.
Y, tras pasar por caja, nos encaminamos a él.
Desde su cúspide la panorámica es un auténtico escándalo. Se llega a apreciar el Mediterráneo.
Y también los primeros colosos del Pirineo oriental.
Maury.
Canigó.
El aparcamiento está bastante lleno para ser un miércoles laborable. En lontananza, Cucugnan y Peyrepertouse.
Cucugnan, el pueblo donde comeremos.
Y el castillo de Peyrepertouse, próximo destino.
La visita a Cucugnan es recomendable realizarla en silencio, disfrutando de cada rincón.
La estrella de la localidad es el molino.
Iglesia y castillo de Queribus, en la lejanía, desde Cucugnan.
El castillo de Peyrepertouse es el más extenso de todos, ocupando la cresta de una montaña.
Sólo que vemos tanta gente, tanto turismo, que desechamos la visita.
A sus pies está el pueblo de Duilhac.
Me acerco con la cámara a Queribus.
El final de la jornada viene con las gargantas de Galamus, un prodigio de la naturaleza no apto para cardiacos...
La carretera, angosta como pocas recuerdo, serpentea como puede por el barranco.
Y desde un amplio aparcamiento que se encuentra al final del estrechamiento, parte un sendero que se dirige a una ermita.
Qué está ahí, sí, en pleno abismo...
En apenas diez minutos se alcanza la ermita y el altar interior.
Un enclave verdaderamente curioso y original.
Que supone nuestra despedida para la jornada del miércoles. Aún faltaba el remate final...
martes, 7 de mayo de 2013
PUIVERT Y MONTSEGUR (Dos castillos para la leyenda)
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La excursión en el Pech de Bugarach no fue muy pesada, de manera que por la tarde decidimos exprimir el tiempo para conocer dos castillos de leyenda: Puivert y Montsegur. Éste es un recorrido para hacer en coche, en el que nuestra curiosidad será el juez para hacer las paradas pertinentes.
Nos detenemos en el castillo de Puivert, cerca de Quillan, al que se puede llegar prácticamente en coche. Aquí tienen un poco de historia: ver link
Asentado sobre una colina, cuenta con una panorámica destacable sobre el valle.
De vuelta en el coche, nos desplazamos hasta Montsegur. Un castillo mítico, con mucha sangre, fuego y dolor: ver link
Lo cierto es que el paraje engancha y el castillo es original, allí arriba. Me guardo la ascensión para el futuro, una especie de caramelo cuyo envoltorio no abro para así tener una excusa para volver. Funcionamos así, querido lector...
Descendemos por la vertiente de Montsegur, del pueblo, ahora vacío pero que seguro que se llena de visitantes los meses de verano.
Una sensación especial recorre la mente del viajero cuando se detiene por estos núcleos. Antaño a rebosar, hoy sin ningún alma por sus calles. Es la montaña rusa de la vida.
Y como dejo propina paramos en la fuente de Fontestorbes, intermitente, fenómeno único en Europa.