Suele pasar en el entorno de la Piedra de San Martín. Lugar de vientos y nieblas persistentes. Tan pronto te engulle y apenas puedes disfrutar del paisaje, como sucede desde el pic de Guillers, en el clásico paseo vespertino.
Como de repente, al día siguiente, se abre ante ti un panorama soleado, salvaje, intrincado, con el Añelarra desafiándote desde el horizonte. Reportajes en el horno...
Aizkorri
Hace 5 horas
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