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Dos días más tarde de la travesía del Sobrepuerto, acometí en solitario la ascensión a una cima salvaje mediante la modalidad de travesía. La inicié en Bujaruelo para subir por el bucólico valle de Otal y efectué el descenso a Linás de Broto, donde el día anterior habíamos dejado un coche. Tendeñera es una cima con un sabor montañero increíble, donde es francamente difícil tropezarse con alguien debido a que las pistas de aproximación están cortadas y ello provoca que haya que estar en una buena forma física para afrontar la excursión. Una cumbre, pues, para los montañeros más avezados, que exige además una buena dosis de orientación.
Ubicación: Sierra de Tendeñera, Pirineos, Huesca.
Cima: Tendeñera (2.853m).
Desnivel: 1.515m de ascenso y 1.650m de descenso.
Distancia: 16'2km.
Duración: 9h.
Acceso: Partimos desde el bar-refugio de San Nicolás de Bujaruelo. Desde Jaca vamos al valle de Ordesa vía Biescas-puerto de Cotefablo. Hay que desviarse a Torla y seguir de frente hasta el Puente de los Navarros. Allí se coge a mano izquierda la pista que lleva a Bujaruelo. Se deja un camping a la izquierda y se sigue hasta el final, donde una barrera nos corta el paso. Podemos dejar el coche en el parking del bar-refugio, al lado de la zona de acampada.
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Había dudas con la meteorología, pero parece que el día será bueno. Me meto en el camping del Hotel Ordesa para coger agua mientras saco la primera instantánea de la jornada al Mondarruego.
7:15. Desayuno en el coche e inicio la marcha por la pista de la izquierda, obviando el camino que lleva al Port de Boucharo.
Dejo, por lo tanto, el famoso puente románico de Bujaruelo a la derecha.
El río Ara baja con fuerza y hace bastante frío. Al otro lado del Ara, un grupo de boy scouts ya ha comenzado el día. Avanzo con placidez por la pista llana.
7:30. Al cuarto de hora la abandono y me meto decidido por este camino de la izquierda, señalado en una esquina por un gran hito.
En realidad es un atajo a la pista que lleva al valle de Otal. Un poco más adelante tengo la opción de retornar a la pista, pero voy en todo momento por la hierba utilizando todos los atajos.
En esta zona veo cantidad de lirios.
A la derecha, norte, asoma el macizo del Vignemale. Aún desperezándose.
Y justo por detrás, este, el sector de Ordesa. La foto cubre la zona trasera del Mondarruego.
Sigo los hitos, que me llevan en fuerte pendiente por la hierba. En ocasiones salgo a la pista, pero enseguida parte otro sendero atajando por la hierba.
El sol pretende buscar algún resquicio.
8:00. En menos de una hora arribo a una barrera, que da comienzo al valle de Otal.
Una joyita poco conocida del Pirineo. Primer momento del día en el que vemos la cima y el collado (marcado con la flecha roja) al que debemos llegar. Es importante afrontar la ascensión con convicción y fuerza de voluntad, porque esta imagen nos puede desesperar.
Así pues, inicio el precioso paseo por el valle. La pista cruza el riachuelo y se dirige al fondo del valle. Las marmotas ya se han percatado de mi presencia y avisan a sus compañeras. Echo una mirada atrás, donde ya despuntan los Gabietos.
8:30. La pista llega a su fin en la cabaña de Otal, donde saludo a una cuadrilla que está desayunando. Han pasado allí la noche. Gente con gusto.
Nada más llegar a la cabaña, parte por la derecha un diminuto sendero señalizado con un cairn. Comienza a ganar altura suavemente, mientras se va alejando del riachuelo (izq.).
A mi izquierda (sur) despunta el Pico Otal.
Seguimos el trazado de la GR-11 hacia el fondo del valle. Dejamos a la izquierda un pluviómetro (señalizado con la flecha roja) y, un poco más adelante, se desvía a la derecha. Se acabó lo bueno, comenzamos el ascenso.
9:25. Alcanzamos una especie de collado. Punto importante de la mañana. Tenemos una muralla al norte que hay que superar. Lo más recomendable consiste en continuar la GR-11, pero da una vuelta muy larga por el NE. Decido trazar una diagonal mortal a modo de atajo para salir a la parte superior de la muralla, donde reaparece la GR-11, y continuar hacia el collado Tendeñera. A día de hoy no sé si repetiría la operación, porque fue una auténtica matada.
En pleno ascenso trepando al lado de una cascada, me doy cuenta de que la dichosa niebla comienza a penetrar por el sur. La cosa se complica.
10:15. Con mucho esfuerzo y tras un terreno peliaguado, doy fin a la muralla. Ya estoy en la parte superior. Vuelvo a ver los hitos y la pintura de la senda pirenaica. Me siento en una roca y como algo con fundamento. La niebla me rodea; no las tengo todas conmigo.
Afortunadamente, cuando reanudo la marcha la niebla se disipa y me deja ver el terreno que me resta al collado Tendeñera.
Estoy en la Faja Basarán, salpicada de marmotas que no cesan de chillar. Pude ver de cerca varias de sus carreras hasta que se escondían en las madrigueras. Veo el evidente camino que me llevará, mediante hitos, al collado.
Un vistazo a la Faja Basarán.
Últimas rampas antes del collado, donde aparece la nieve.
10:45. Collado Tendeñera (2.450m), tras tres horas y media de ascensión. Toca girar a la izquierda.
Por la otra vertiente viene el camino de Panticosa (valles de Bolática y Ripera).
A partir de ahora predomina el terreno kárstico y la nieve comienza también a aflorar. A ratos me rodea la niebla, pero los hitos ayudan y mucho.
Se baja a una pequeña depresión y se sube una fuerte rampa después en zig-zag.
Veo que la cima está tapada por la niebla.
Un vistazo atrás para ver el terreno por donde me he movido.
La nieve está blanda y no complica en exceso la progresión.
A mi izquierda (este) veo, casi mil metros más abajo, el valle de Otal.
11:35. Paro a comer más. Me cruzo con una pareja de franceses, que van a tener su importancia en el devenir de la jornada. Van a ser los únicos montañeros del día con los que coincidiré, junto a la cuadrilla de la cabaña de Otal. Intercambiamos impresiones y me comentan que no han necesitado crampones para superar la muralla que viene ahora. "Puedes seguir nuestra huella", me dicen. Ésta fue la línea que tracé. Penetré al principio en la nieve, pero busqué la roca con rapidez y trepé después por una angosta chimenea para salir a la parte superior.
Por la nieve. Sigo gustosamente la huella de los franceses.
Ahí adelante voy a salir a la roca y no la abandonaré.
Afronto una subida por terreno pindio, con roca descompuesta, y localizo una salida a la parte superior. Aquella chimenea parece factible.
Ya estoy en su base. Trepo con celeridad. La roca no es muy buena, pero hay muchos agarres para pies y manos.
12:10. Y salgo a la parte superior. Pequeño disgusto, porque pensaba que la cima estaba más a mano...
Una pano hacia el valle de la Ripera.
12:15. Llego al Paso Tendeñera (2.600m), tras cinco horas de recorrido. Estoy tan cerca que me animo, pero el esfuerzo se deja notar. Un nevero obstaculiza la pedrera que lleva hasta la cresta. Vuelvo a tropezarme con la huella de los franceses.
Sólo me queda una zig-zag por el canchal para llegar a la cresta.
Me asomo a la vertiente meridional, pero la niebla impide que vea algo. Mejor, porque el precipicio debe de ser de espanto.
El nevero y el pedregal que acabo de superar.
El ibón de Tendeñera (2450m), en su ladera septentrional, todavía permanece helado.
Comienzo la cresta final. Presiento que la cima va a caer; ya he pasado lo peor. Si he llegado hasta aquí, todo está hecho. Los primeros pasos son muy entretenidos.
A continuación, la cresta se afila por los dos lados. Se progresa bien, pero los cortados ya son más respetables. Ya tengo la cima ahí delante.
Y justo al final llega el famoso paso. "Como andar por una barra de bar", dice una reseña de la web de Pirineos 3000. Algo parecido, la verdad. Os he encuadrado la parte más conflictiva. Hay que atravesar una placa lisa con precipicio a los dos lados. En condiciones normales, se pasa bien. Con lluvia, viento, nieve o hielo, la cosa cambiará mucho. Como se ve, la cima está muy cerca...
Un vistazo del paso desde el otro lado.
Este hito, o el del fondo. Cualquiera vale para fichar...
12:40. Tendeñera (2.853m), tras cinco horas y veinticinco minutos de ascensión. Punto culminante de la sierra. Será un mirador de vértigo, seguro, pero la niebla no me deja ver casi nada. Con la Ripera, segunda altura del macizo.
Qué alegría en la cumbre señores, qué alegría.
Dos panos hacia el valle que asciende desde Panticosa.
Parte de la cresta y el Paso Tendeñera (izq.).
El valle de Otal, mil doscientos metros más abajo. La satisfacción en la cima es brutal. Ha caído otro grande de la cordillera y me conmuevo. Aprovecho para comer más con la esperanza de que el cielo se limpie, pero todo no se puede en esta vida.
13:00. Tras realizar unos estiramientos, emprendo el regreso por la cresta. Es la última imagen que me llevo de la cima.
Otra vez en el paso. Capto su caída meridional.
Desde el mismo paso, a la derecha.
Y a la izquierda.
Finalizo la cresta y comienzo a descender el pedregal hasta el Paso Tendeñera. Localizo el punto por donde bajaré hacia Linás de Broto.
13:15. Inicio el descenso, señalizado con varios hitos. Se trata de un corredor sencillo con mucha piedra suelta.
El terreno se suaviza y mis rodillas lo agradecen. Me encamino al centro de la foto.
Diviso un sarrio a lo lejos, que corretea por el nevero para alejarse cuando me ve. Los hitos aparecen y desaparecen, pero no tengo problemas en buscar los pasos más sencillos. Eso sí, el terreno con la niebla es inquietante.
Un vistazo atrás.
Los imponentes paredones de la cresta de Año.
La flecha señala las inmediaciones de Linás de Broto, así que todavía me queda un buen trecho.
De esa zona de la tierra rojiza, encima del nevero, he iniciado el descenso.
El camino toma una dirección SE. Finaliza el terreno kárstico y podemos descender por cualquiera de los dos lados de esta cima puntiaguda (Tozal de Soaso). Veo el collado muy cerca, así que me inclino por la izquierda.
Descenso hasta el collado.
14:10. Salgo a los pastizales denominados como Planas d'Abozo.
Por detrás, despunta la cresta de Año.
14:20. Llego a una especie de balconada herbosa sobre el valle. Al fondo Linás y la cima del otro día. Decido que es un buen lugar para descansar un poco (no he parado desde la cima) y comerme una manzana. Buen sitio para reflexionar. Llevo siete horas de marcha y me queda poco para que termine. Tengo ganas de llegar al coche, pero al mismo tiempo me doy cuenta de lo rápido que ha pasado el día. Buena señal, entiendo. Me acuerdo de lo acertada que es la frase de "disfrutar el momento" (Carpe Diem). Hay que vivir así, porque el tiempo avanza inexorable. Luego, sólo permanecerá el recuerdo.
En primer plano el collado herboso y al fondo, el Paso Tendeñera.
Las vacas poblan este valle.
Y me encuentro con una cascada preciosa.
14:45. Ya diviso la pista que baja hasta Linás.
Todo este valle acabo de bajar.
La de vacas que había...
15:00. Comienzo la pista y me lleno de paciencia. Los montañeros tememos las calcetinadas y ésta promete ser larga (además llevo casi ocho horas de marcha).
Un vistazo atrás. Quiero ver la Tendeñera, pero no se despejará de aquí hasta el coche. Atajo la pista en las primeras curvas; después ya no se puede.
15:20. Esta fuente me refresca gratamente. A su vera debe de nacer el sendero que lleva directamente a Linás, pero no lo vi.
Vamos por la pista. Por suerte, el cielo está cubierto y no hace excesivo calor.
Aquello sigue tapado.
A veces la sencillez también se acerca a la belleza. Un camino, una borda y una montaña encajan a la perfección en el encuadre.
Tengo Linás casi al alcance de la mano...
16:10. La pista se aleja del pueblo y sale a la carretera. Debo girar a derecha y marchar cinco minutos por ella para llegar al coche.
Al otro lado del río Sorrosal, Linás de Broto.
16:15. Y llego al puente que cruza el río. Después del puente, a la derecha, tengo el coche aparcado desde la víspera. Creía que la pista llegaba hasta allí. Pero no, debe de haber un camino que sale en la fuente que os enseñaba antes. Me calzo las chancletas, tras nueve horas con las botas, y siento muy cerca el paraíso.
Y os dejo el mapa. Falta la última parte de la pista a Linás de Broto.
LAS NOTAS (La escala es del 1 al 5):
DIFICULTAD: 5. El desnivel a superar es tremendo y exige una muy buena forma física. Ojo con la GR-11 después del pluviómetro; se recomienda seguir su trazado en todo momento. La cresta final es aérea y exige atención en el último paso, más impresionante que difícil.
BELLEZA DEL ITINERARIO: 5. La ruta tiene de todo: bosque, pastizales y alta montaña. El valle de Otal es una joya de la cordillera.
IMPORTANCIA DE LA CUMBRE: 5.
Han pasado cinco días desde la ascensión y guardo un recuerdo increíble de Tendeñera. Sinceramente, es un escándalo de montaña.
jueves, 17 de julio de 2008
TENDEÑERA, 2.853m (Un escándalo de montaña)
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6 comentarios:
Me ha encantado la salida, me parece de merito hacer esta cima en solo. Recuerdo uno de los mejores vivacs de mi vida en Bujaruelo. Mis amigos hicieron Tende como tu, y yo me fui por el valle de Ara, bajo el Vigbenale. Lo tuyo tiene mucho curro!
Aupa Iñaki, eskerrik asko por el comentario. La verdad es que el Tendeñera es una cima elegante y te deja, sin duda, un gran sabor de boca. Llevo un verano enorme encadenando varias cimas de prestigio y en todas se repite la sensación de haber hecho algo grande. Me alegro de que te gusten mis relatos. Un fuerte abrazo.
Jefoce, un reportaje muy completo.
Es una señora cima.
Enhorabuena y a seguir así.
Un saludo
Hola Sonia, gracias por el comentario. Te doy la razón, es una cumbre para quitarse el sombrero. Que vaya bien.
Jo...ya me has jodido la salida...lo tenia previsto para agosto...pero ???
hace unos añitos subimos con un "mini" hasta el pluviometro y avanzamos bastante... y subi un pelin más arriba del collado Tendeñera...y le tenia ganasssssss...pero ahora... ufff, muy fuerte, hare "randonees" fotográficas... me voy para Tramacastilla...
salut
joan
Hola Joan, gracias por el comentario. La verdad es que es una cima que exige tesón, porque la aproximación es larga por cualquiera de sus vertientes. Pero merece la pena el esfuerzo de legar arriba. Pásalo bien en el valle de Tena. Yo esta semana descanso, pero la que viene regreso al Pirineo. ¡Esto es vida!
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