miércoles, 20 de mayo de 2009

TXARDEKAGAINA, 1.893m (Yo no necesito más para ser feliz)

Se había convertido en una obsesión. El miércoles de la pasada semana logré hollar el Txardekagaina, la última gran cima que me quedaba del circo de Mintxate, mediante un itinerario salvaje, brutal, difícilmente superable en Euskal Herria (si acaso la vecina ruta del cañón de Ehujarre al Lakora se le podría asemejar en cuanto a espectacularidad). Salí del albergue de Logibar para cruzar la pasarela de Holtzarte, que parece sacada de una de las películas de Indiana Jones, y continué después por el inhóspito camino de la cascada de Pista para salir al collado de Utururdineta y de ahí a la doble cima, unida por una cresta un tanto comprometida. Para rizar el rizo efectué el descenso por otra vertiente. Fui al collado de Chonta, bajé por duras pendientes a la pista de su zona norte y aparecí en el puente de Olhadibia para salir otra vez a la pasarela. Este recorrido exige una excelente condición física y motivación, mucha motivación, porque el terreno a ratos es perdedor (sobre todo en el descenso) y exigirá lo mejor de nosotros. Sensaciones impresionantes en la cumbre, equiparables tranquilamente a las que tuve en el Lurien y el Tendeñera, posiblemente las ascensiones de mayor envergadura en 2008. Los que hemos crecido con la película de Sergio Leone ‘Érase una vez en América’, el filme que jamás se superará, sabemos que estas historias sólo se pueden contar con la épica. No hay otra forma.

Ubicación: Circo de Mintxate, Zuberoa.
Cima: Txardekagaina (1.893m).
Desnivel acumulado: 1.705m.
Distancia: 25,45km.
Duración: 9h y 12min.
Acceso: Partimos desde el albergue de Logibar, en la carretera que une Licq-Ligi con Larrau-Larriñe. Desde Donostia salimos dirección Francia por la A-8. Pasamos la frontera, llegamos a Bayona y cogemos la autopista de la vertiente septentrional de los Pirineos (A64) dirección Pau hasta la salida número siete (Salies de Beárn-Mauléon-Oloron). De Salies seguimos las indicaciones a Sauveterre de Beárn, de ahí a Mauléon-Maule, después a Tardets/Atharratze y siguiendo las indicaciones a Larrau-Larriñe llegamos a Logibar. Dejamos el coche al lado del albergue.

Ver mapa más grande
9:18. He necesitado dos horas de trayecto desde Donostia, más un madrugón importante, para llegar al albergue de Logibar (380m). Pensaba que estaría nervioso, pero de momento me siento tranquilo. Dejamos el coche en el amplio aparcamiento y caminamos unos metros hacia Larriñe/Larrau por la carretera.
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Enseguida tenemos un cruce a mano izquierda, dirección Holtzarte (ojo, porque este cartel está en el sentido de la bajada).
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La carretera lleva en cincuenta metros a una central hidroeléctrica, al lado de otro aparcamiento donde podemos estacionar el vehículo. Cruzamos el riachuelo.
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Y nos dirigimos por el sendero marcado hacia la pasarela de Holtzarte. Primer momento en el que la patata acelera las pulsaciones...
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Una francesa de mediana edad viene tras mis pasos. El sendero, precioso, avanza por la izquierda del río (margen orográfica derecha).
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El color verde inunda el paisaje, aunque rivaliza constantemente con el agua.
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Y el ruido que genera. Ensordecedor.
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El sendero, empedrado, sube ayudado por unas vallas protectoras que, francamente, sobran. Aunque la pasarela de Holtzarte es un filón turístico y atrae a mucha gente. Demasiada y de toda condición. Y ya se sabe que en esas situaciones toda precaución es poca.
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Se sale de repente a un claro y el camino gira levemente a la izquierda. El río va quedando abajo. Y la francesa viene por detrás. A unos veinte metros, pero ahí está.
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Hace ya una humedad importante y comienzo a sudar. No sé si del calor o de los nervios, porque venía esperando y estudiando esta ruta desde el año pasado y le tenía muchas ganas. Pensaba en ella como en aquellas tías de la adolescencia que no te las podías quitar de la cabeza. Y las imágenes como ésta ya me emocionan...
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La verdad es que tuve mucha suerte porque fue la única jornada radiante de la semana pasada. En Donostia, al menos, la bruma estuvo presente todos los días. Bueno, a lo que vamos. Tras otra curva, entramos de nuevo en el bosque.
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Frondoso, como todos los de esta zona. Ya se barrunta, a la derecha, el cañón de Holtzarte.
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Llego a la curva, mágica, desde donde se ve la pasarela por primera vez. Lo podéis barruntar por las vallas protectoras que hay también en este punto.
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Ahí está. La construyeron en 1920 unos italianos que trabajaban en una acería de Tardets/Atharratze para aprovechar la explotación forestal del otro barranco. Nos imaginamos las jornadas de trabajo para confeccionar tamaña hazaña. Entonces también hubo de haber épica...
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Uno se va acercando por el sendero, tallado de forma espectacular, y no para de mirar a la pasarela.
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9:58. Pasarela de Holtzarte (600m), en apenas cuarenta minutos. Primera parada para hidratarme. Más nervios.
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Tenemos unas indicaciones en los laterales, escritas en vascofrancés y francés. Habla de cruzar siete personas a la vez como máximo, no saltar, no correr, no asomarse a la barandilla...
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Y comenzamos a cruzarla. Ya es la tercera vez que estoy aquí (la primera cuando era un renacuajo y la segunda, hace diez años) y la verdad es que las sensaciones son tremendas. Tiene 30 metros de largo y su vertiginosa caída alcanza los 200. Igual que en la previa, me acuerdo de Indiana Jones. Ten cuidado, Indy...
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Me paro en la mitad, justo cuando se tambalea levemente, para fotografiar la hendidura de Olhadibia.
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Y me asomo después al otro lado para ver el río.
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Una imagen desde el otro lado. La francesa ha esperado a que yo pasara para hacerlo a continuación ella. Lo más inquietante no es el movimiento, sino el chasquido que hacen algunas maderas. Como ese ruido de las puertas en las películas de terror, para que os hagáis a la idea. Te crea cierta inseguridad, aunque no debe pasar nada. No tiene por qué.
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Las tomas hacia la pasarela son constantes y te evaden de la realidad. Por un momento no te fijas en otra cosa.
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En el valle hubo un debate, abierto por los políticos hace un tiempo, para abrir una fórmula de peaje a los turistas, visitantes y montañeros. Pero se rechazó. La opinión mayoritaria de la gente se impuso sobre la voluntad de unos pocos poderosos. Por una vez. Un hecho noticioso tremendo. Fíjese en la paradoja de lo escrito.
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El detalle que ya te hace levitar es que un funambulista cruzó la pasarela en los años ochenta. Efectivamente no lo hizo como todo el mundo. Lanzó un cable en paralelo y lo cruzó. Sin ayudas. La televisión francesa debe de tener una prueba audiovisual de ello...
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La cosa es que cuando volvemos a la vida terrenal nos encontramos en un sendero que zigzaguea en un bosque de hayas y abetos acojonante. Me cruzo con un simpático montañero vascofrancés. Compruebo que en este bosque no luchan ni se pegan codazos por el contrato indefinido o la VPO. Aquí quieren ser más altos que el vecino para recibir la luz solar.
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10:17. El sendero sale a una ancha pista (753m), donde tenemos dos opciones. Iremos por el camino de la derecha (Pista, village de Larraux).
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Muchas horas después volveré por el de la izquierda.
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Así que sigo el camino, ahora llaneando cómodamente.
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Hallo mucho barro que retrasa mi marcha. De todas maneras sé que la jornada de hoy será larga y quiero avanzar con cabeza. A veces no puedo, pero intento contenerme. El paisaje es mi mejor defensor. La excusa perfecta.
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Aquel rebaño de vacas, al otro lado del barranco de Holtzarte, no debe de pensar lo mismo que yo. Seguro. Adelanto a una pareja de franceses que están tomando un tentempié.
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Veo el Ori, el primer dosmil occidental, por primera vez y me vuelvo a emocionar.
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10:47. Y llega uno de los puntos clave de la jornada. El llaneo desde el cruce se hace bastante largo. Por sortear el barro, además, he tenido que venir con lentitud y llevaba tiempo pensando en el desvío a la cascada de Pista. Este hito me hace parar (787m). Miro el mapa. Espero un minuto a la francesa y me confirma el camino. Ella viene conmigo.
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Iniciamos ahora un zigzag durísimo, otra vez por un bosque tremendo.
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11:02. Al cabo de un rato salimos a otra pista (871m), pero nuestro camino sigue de frente. Ese poste rojo nos ayuda, además.
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Una hora y media, pone. No sé si será la emoción, las prisas o los nervios, pero pulverizamos esa marca...
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Cojo unos metros de ventaja respecto a la francesa. Sin quererlo. Y paro a sacar fotos.
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Qué bosque, señores, qué bosque. Era espectacular, también, el ruido que creaba el río de la izquierda.
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11:11. Ha sido un fuerte ascenso, pero ya estamos sobre terreno despejado (948m). Lo que nos espera es grande.
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Los picos que defienden la zona de Pista son airosos.
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Y empiezo a hacer panos.
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Seguimos la trocha escrupulosamente. Es la línea verde que se aprecia. Conviene no hacer el tonto ni salirse de él, porque los bosques aquí son extremadamente frondosos.
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Aquí vemos la prolongación hasta llegar a la cascada (flecha roja inferior). La idea es salir al collado (flecha roja superior).
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En este punto paro un rato a comer algo. No tengo hambre, pero sé que he de comer. Bebo, sobre todo, mucha agua, y como algo de queso y unas aceitunas. La francesa viene tranquila.
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Tras el breve avituallamiento, volvemos a salir a la par.
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Y nos encaminamos a la cascada. El sendero es más o menos evidente, pero esté atento.
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11:48. Llegamos el entorno de la cascada, donde a mano derecha está el cayolar de Pista Pékoa (1.160m).
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Pero apenas reparo en él. Me voy a la cascada. Sólo se oye ruido.
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Cuando olvidemos la cascada y su entorno, comprenderemos que hay que seguir el camino. No termina nunca. Es uno de los sinos de los montañeros, esta actividad que es mucho más que una actividad. Es una forma de vida.
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Tiraremos a la derecha de la cascada para repescar la vereda que traíamos. Hará unas cuantas revueltas para salir al collado superior (flecha roja). En este punto un ruido extraño me sorprendió y vi pasar al lado de mí (unos metros) un par de piedras a toda pastilla. Rápidamente pensé en algún animal, miré hacia arriba, pero no vi nada. Paré un rato, observé si venía algo y seguí. Por de pronto, las ráfagas de viento me incomodaban de cara a la cresta somital. En este punto de la marcha, era prácticamente lo único que me podía inquietar.
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Vamos adquiriendo unas vistas bonitas de Zuberoa.
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Algunas formaciones rocosas.
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12:26. Llego al cayolar de Pista Gagnékoa (1.387m). Una pista, que nace en las inmediaciones del puerto de Larrau y pasa por la zona de Ardane, llega hasta él.
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La sigo unos metros, agradeciendo la comodidad después de tanta cuesta. Ahí tengo el Otsogorrigaina, con su famosa rampa.
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12:37. Alcanzo una especie de collado (1.461m) y me entran dudas. Por un momento he confundido el Otsogorri con el Txardeka. La pista de Ardane me desorienta además y pretendo alcanzar la base de la otra montaña. Ni loco. Recapacito, y en este punto giro decidido a la izquierda. O sea, hay que dejar la pista a la derecha.
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Esas trazas de sendero sobre la hierba serán mi guía camino del collado (flecha roja). Los dos colosos de la zona me saludan. Es la primera vez que me veo cara a cara con el objetivo. Escalofrío.
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Me tropiezo con algún nevero y lo junto a la cuesta del Otsogorri.
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Allá vamos, Txardeka.
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13:07. Collado de Utururdineta (1.659m). De frente, el Lakartxela.
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A la derecha, la mítica rampa del Otsogorrigaina. Tremendo.
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Y a la izquierda, el Txardekagaina. Con su famosa cresta. Llega el momento de comer más. Comparto este momento con la francesa, que ahora seguirá valle abajo (Mintxate).
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Mirando al oeste aparece el Ori, dominando todo el valle de Ardane.
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Tras una parada algo más seria en cuanto a los alimentos, emprendo el camino. Me despido de la francesa y miro al Otsogorri.
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Estos repechos los voy acusando, así que voy despacio. Veo la meta cerca. Me fijo en el nevero grande; pasaré por encima de él para asomarme a la vertiente septentrional.
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El puntiagudo pico de Pista. Al fondo, a la izquierda, el Arthanolatze (1.530m).
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13:39. Me asomo al colladete (1.817m), cerca ya de la cima occidental. Veo la pista que recorre el Txardekagaina por el norte, que más tarde patearé, y me fijo en tres puntos clave (tres flechas rojas, de izquierda a derecha): el cayolar de Burutchieta, la borda solitaria y la roca grande. Van a ser tres puntos decisivos en el descenso. Acordaros.
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El cayolar de Burutchieta. Ahí dejaré la pista para descender por los pastizales de la derecha.
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La borda solitaria. Aquí llegaré.
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Y la roca grande, en el centro de la foto. El punto clave para penetrar en el bosque de vuelta a Olhadibia. Me he quedado tranquilo, porque ya he divisado las tres referencias de las que habla la reseña de Juanjo Garbizu en Luberri/Euskal Mendiak: ver reseña
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Giro a la derecha y supero lo poco que me queda.
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Me apoyo en la vertiente septentrional para evitar las potentes ráfagas del viento sur. Saludo al Anie y a sus fieles escuderos.
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13:52. Txardekagaina, cima occidental (1.879m). Delante tengo la cumbre verdadera, la oriental, la más alta.
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Esto es la hostia joder.
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Ya sólo me queda la cresta que une las dos puntas. Guardo el jersey y la visera, por el viento, y recojo el bastón. Sólo hay un tramo al comienzo, en el descenso de la punta occidental, que incomoda un poco porque te exige avanzar sobre el mismo filo. Lo encuadro en estas dos fotos.
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Después se ensancha y te permite aligerar tensión. Así que aprovecho para ir por el norte, siempre que puedo. Guarda un cierto parecido con la cresta del Balerdi, para entendernos.
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14:00. Txardekagaina (1.893m), también conocido como Barazea (por los navarros) o Pico de los Buitres, en 4h y 42min desde Logibar.
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Empiezo con las vistas. Con el skyline del Pirineo navarro.
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La zona de Mintxate, donde veo que ya ha llegado el ganado vacuno.
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Detalle del Otsogorrigaina. Qué pasada.
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La cresta hacia la otra punta, donde sobresale el Ori en la lejanía.
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La zona norte.
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Zoom a Issarbe (1.559m), que alberga una estación de esquí nórdico.
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El skyline del Pirineo, esta vez más de cerca. Es en este momento cuando me acuerdo de aquella gran frase que leí en este blog: "Qué bueno es saber que eres feliz cuando estás siendo feliz". La frase, ya de por sí, es primorosa, pero es que tiene una segunda parte: "Y qué fácil nos lo pone el monte". Qué grande joder...
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Prolongo el skyline con el Petrechema, el Sobarcal, el Acherito, el Chinebral de Gamueta, La Gorreta, el Anzotiello... Mucho ilustre, muchas sensaciones.
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El Lakartxela, otro mítico.
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Las granjas de Mintxate.
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Qué difícil es rebajar la euforia en la vida. Qué difícil...
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Tras media hora de papeo, inicio el descenso siguiendo la cresta hacia oriente. Ahí te quedas, Txardeka.
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Porque voy a bajar por otra vertiente. Voy a bajar hasta el collado de Chonta (flecha roja) y ahí giraré a la izquierda. Lo había hablado mucho con el propio Juanjo e incluso con Peio, un montañero de Baiona que es conocido como Lagrole en diferentes foros (ver su web). Ellos no conocían camino por aquí, pero a mí me daba la impresión de que tenía que haber un pasillo a la pista de la zona norte.
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14:49. Portillo de Chonta (1.702m), desde donde me fijo en el coloso que acabo de hollar. Dejo el camino que iría al portillo de Belai y giro a la izquierda.
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Tuve que descender este muro rocoso de una forma un tanto guarra, sin camino, deslizándome con cuidado por la hierba.
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Deseché la opción de salir a un collado superior enseguida. Me fijé en la pista y a por ella fui.
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También aproveché para ponerme al atuendo veraniego.
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Y en esta zona de rocas y vegetación variada saqué fotos.
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Muchas fotos.
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Agur Anie.
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Txardeka, desde el norte.
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Lakartxela.
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15:22. Salgo a la pista (1.322m) y giro a la izquierda. Le pregunto a un ganadero si el cayolar tiene fuente: "Le cayolar est fermé", me contesta. Es que me queda agua chirri... Llego a la curva y me despido de este paraje.
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Rodeo una cima y salgo a otra vertiente. Seguiré la pista pacientemente hasta salir al cayolar de Burutchieta (flecha superior). Por pendientes herbosas bajaré a la borda solitaria (flecha inferior).
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Diferentes instantáneas desde la pista.
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Voy solo, pero voy emocionado. Conviene reflexionar de vez en cuando e intentar comprender que no venimos al monte porque sí. Venimos porque, al menos yo, encuentro la felicidad.
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15:53. Cayolar de Burutchieta (1.419m). Dejo la pista y giro a la derecha. Visualizad la borda solitaria.
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Desde aquí se ve el Anie, escoltado por el Soumcouy, Countende y Añelarra.
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Las piernas ya llevan un tute, así que desciendo las empinadas laderas herbosas con poco ritmo. Haciendo zetas.
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16:10. Borda solitaria (1.253m) y Txardekagaina. Unos metros antes, a la izquierda, existe una fuente que me alivió sobremanera.
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Bien, desde la borda seguiremos bajando hacia la izquierda, dejando el límite del bosque a la derecha. Sin entrar en él. Al final, se rodean unos enebros y se sale a la roca grande. Ahí giraremos a la izquierda.
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16:20. Roca grande (1.136m). Si se sube desde esta vertiente, cosa que no aconsejo en absoluto, es la primera vez que se ve el Txardekagaina.
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Bien, desde la roca, bajamos unos metros y no entramos al bosque. Giramos a la izquierda. Fijaros en esas dos piedras. Seguimos la línea que marcan las flechas rojas para penetrar en el bosque.
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Hay marcas amarillas (muy pocas) y algunos cairns. Pero están en el sentido de la subida.
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Bueno, antes de sudar la camiseta en el bosque, llega la despedida. No sé si la nostalgia será un error, pero esta foto la recordaré. Y la veré muchas veces. Me meto en el bosque. Ya no te veré más, Txardekagaina.
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Lo que viene después ya es increíble. Un bosque posiblemente más fascinante que el de la subida, aunque aquí no tenemos cascada.
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Al principio se avanza bien, pero salimos a un claro y la cosa se tuerce. No hay referencias. Veo ahora en el Compe que en el claro la senda gira a la derecha. No la vi. Seguí unos metros por el claro casi hasta el final. Allí giré a la derecha, tuve un poco de zarzing y salí a unas pendientes herbosas que salen en la reseña de Juanjo. Ahí ya había cairns...
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Y pude respirar, aunque el bosque me dejó pasmado.
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Y con alguna que otra duda seguí avanzando. Hay que estar muy atento.
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Hayas trasmochas.
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Sendero. Se intuye el final porque escucho el agua.
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17:00. Puente de Olhadibia (858m). Ya estoy salvado. Ha habido que sudar en el bosque, pero ya me puedo relajar. No cruzo el puente, y voy por el camino de la izquierda.
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Al principio tengo el río a la derecha, a la par, con bonitas cascadas. Después perderá altura de manera acusada...
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El sendero llanea, como el de la ida, y se hace pesado. Tengo que vadear, además, multitud de regatas. Sólo tengo una pequeña inquietud con la pasarela. ¿Seguirá en su sitio? Espero que sí. Joder, por un momento pienso que me va a venir por detrás la roca ésa grande de ‘En busca del arca perdida'...
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17:32. Ya estoy en el desvío de la mañana; ahora me toca bajar por la derecha.
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Avanzo lentamente por el bosque.
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Paso por debajo del tejo.
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Y respiro cuando veo que la pasarela sigue en su sitio. Tenía que ser así.
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Esta vez la paso sin parar; ya no me apetece...
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Y, eso sí, le saco unas cuantas fotos de despedida.
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Ya por camino conocido.
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Pues estoy deseando llegar al coche. Las cosas como son.
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18:28. Coincidí con la francesa en el aparcamiento de la hidroeléctrica y charlamos un cuarto de hora. Ella no lo vio claro desde el portillo de Belai y regresó por el mismo camino. Le conté mis peripecias desde Chonta y Olhadibia y nos despedimos. Llego al albergue de Logibar tras nueve horas y cuarto de marcha. Cansado, pero feliz. Todavía me quedan dos horas de coche, porque la montaña termina cuando uno se está duchando en casa. En el camino me acompaña una tormenta eléctrica espectacular...
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Y os dejo el mapa.
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Y os dejo el mapa 3D de Miguel Angulo. En verde la subida; en rojo la bajada.
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Y os dejo la imagen 3D del Google Earth.
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Y os dejo el perfil.
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Y en wikiloc os dejo el track: ver track

LAS NOTAS (La escala es del 1 al 5):
DIFICULTAD: 5. El desnivel a superar es tremendo; así que tómeselo con calma. Preste atención al camino, sobre todo en el descenso. El bosque de Olhadibia es complejo. La cresta somital puede plantear problemas. Precaución.
BELLEZA DEL ITINERARIO: 5. Si usted conoce una ruta más espectacular en Euskal Herria, hágamela saber querido lector. Le estaré agradecido de por vida.
IMPORTANCIA DE LA CUMBRE: 4.
Insisto, yo no necesito más para ser feliz.