Travesía larga pero sencilla realizada el martes de la semana pasada por las lomas herbosas del macizo del Sobrepuerto. Aprovechamos el privilegio de disponer de dos coches para comenzar la marcha en el puerto de Cotefablo, encadenar los tres dosmiles de este sector y descender finalmente a Oto de Broto siguiendo los pasos de la GR-15 y la PR-HU-117. Estas cimas, modestas en altura, gozan de una panorámica privilegiada sobre varios macizos importantes de la cadena pirenaica y son, además, testigos de la despoblación que sufrió la comarca a mediados del siglo pasado.
Ubicación: Sobrepuerto, Pirineos, Huesca.
Cimas: Erata (2.003m), Pelopín (2.007m) y Monchoya (2.033m).
Desnivel: 600m de ascenso y 1.000m de descenso.
Distancia: 25km.
Duración: 9h.
Acceso: Partimos desde la boca este del túnel de Cotefablo, en su misma cúspide. Desde Jaca seguimos hacia Sabiñánigo y nos desviamos a Biescas. Allí, cogemos el desvío a mano derecha que lleva al valle de Ordesa por el puerto de Cotefablo. Se corona el puerto, se atraviesa el túnel y se deja el coche en una explanada habilitada a mano derecha.
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9:05. Ha amanecido radiante y comenzamos la marcha desde el extremo oriental del aparcamiento, al lado de la tolva.
Un sendero estrecho y empinado asciende sin contemplaciones por la parte superior del túnel de Cotefablo en busca de su collado. Seguimos este PR, que comunica varios pueblos abandonados del Sobrepuerto.
A punto de alcanzar el collado.
A nuestra izquierda (sur) ya vemos las lomas que superaremos dentro de poco. La puntiaguda de la izquierda es el Pelopín, nuestra segunda cima de la jornada. El camino asciende al evidente collado entre las dos lomas, pero optamos por acortar y ascenderemos más arriba porque primero iremos al Erata. También hay camino por esta segunda opción.
9:25. Collado de Cotefablo. Giramos, pues, a la izquierda.
Pero es inevitable torcer la cabeza y comenzar a vislumbrar varias cimas ilustres que nos acompañarán a lo largo del día. La escarpada Peña Telera.
Una panorámica del macizo de Tendeñera.
Un pastor viene tras nuestros pasos para cuidar el rebaño que nos encontraremos enseguida. Cruzamos el escorte y avanzamos.
Aprovechamos el magnífico día para fotografiar el macizo de Ordesa.
Punto en el que dejaremos la traza principal para atajar.
Acometemos el zig-zag.
A la derecha (suroeste) ya podemos ver la cima del Erata. Debemos dar la vuelta a la cima que tenemos delante, porque una ladera descarnada nos impide atajar hacia el oeste.
Volvemos a fijarnos en Ordesa. Estará solicitado el Perdido con un día así...
Seguimos ascendiendo con comodidad.
Y dejamos la trocha principal para desviarnos a la derecha.
Detalle de varias cimas destacadas de Ordesa.
La visibilidad era clara.
10:15. Llegamos a un collado, varios metros al oeste del de Otal. Los otros dos dosmiles del Sobrepuerto nos esperan. Pero aquí giraremos a la derecha para ir primero al Erata, que francamente queda un poco a desmano.
Del collado al sur tenemos la primera aparición de la aldea de Otal. Inevitable recordar la tarde en la que conocimos Ainielle... Desde luego, el emplazamiento de Otal sorprende tanto como el de Ainielle. Vaya lugares para vivir.
Mi padre anduvo por estos lares hace ahora un año, así que conoce el camino que lleva al Erata. Tenemos a la vista su cima y la ermita que queda a escasos metros al sur.
Nuevamente Ordesa.
Y Tendeñera.
10:30. Descendemos a un collado y acometemos ahora un ascenso en busca del Erata.
Llegada a otro collado, ya en el propio cordal. Sólo debemos girar a la izquierda para flanquear una primera cota herbosa y alcanzar la cima.
11:10. Erata (2.003m), en apenas dos horas de recorrido.
Mi padre se queda sentado en el vértice geodésico organizando el primer picoteo de la jornada, mientras yo me acerco hasta la ermita de San Benito de Erata que os señalaba anteriormente.
El día que visitamos Ainielle ya vimos un poste que indicaba la dirección a esta ermita.
Como se puede apreciar, queda muy a mano del Erata.
Hacia Ordesa, de postal. Continúo bajando el cordal por si en algún momento diviso Ainielle, pero imposible. Está muy metido, no se puede ver desde aquí.
Regreso a la cima y me fijo en las dos próximas cimas (Pelopín, izq. y Monchoya, der.) y en Otal.
Desde la distancia ya se aprecia que esta aldea está mejor conservada que Ainielle, pero el lugar se las trae también. Un par de pastores deben de vivir allí en verano...
Regreso al Erata y compartimos la cima con un simpático aragonés, que aprovechaba su primer día de asueto para hacer una excursión. Un tío que sabe. Sacamos una pano al sur.
Hacia la Jacetania.
Tirando de zoom podemos observar otros dos pueblos recónditos de esta zona. Son Barbenuta (izq.) y Espierre (der.), de donde viene nuestro compañero. Una carretera accede a ellos desde un poco antes de llegar a Gavín (desvío del Camping Biescas). Por lo que nos comentó el aragonés, todavía mantienen vida.
He aquí varios ilustres.
De frente, al norte, la Tendeñera.
Ordesa, majestuoso.
11:50. Tras más de media hora de charleta sobre lo divino y lo humano con el montañero aragonés, en el que repasamos multitud de montañas, pueblos y estilos de vida de la comarca, abandonamos la cima. Es el sino del montañero, debemos seguir el camino.
Una bonita flor, muy frecuente por estos lares.
Con Tendeñera de telón de fondo.
12:20. Regresamos al collado de Otal por el mismo camino. Es un tramo rompepiernas pero de momento el calor no aprieta en exceso.
Volvemos a salir al collado de la mañana. Seguimos de frente (este) para llegar al de Otal. Os enseño por dónde vamos a atacar el Pelopín.
12:50. Collado de Otal.
Y en fuerte pero breve pendiente llegamos a la cima.
13:00. Pelopín (2.007m). Los queridísimos bichos no nos dejan un segundo en paz, así que decidimos picotear un poco más abajo.
Un vistazo al Erata, de donde venimos. Como hay una barranco que salvar, la distancia engaña pese a que el terreno es muy cómodo.
Aquí tenemos el cordal que seguiremos hasta el Monchoya, más largo de lo que parece. Después regresaremos y descenderemos por la traza roja hacia Oto, donde la víspera habíamos dejado un coche.
Zoom a Linás de Broto, primer pueblo bajando de Cotefablo a Ordesa.
Más vistas.
13:15. En el collado entre el Pelopín y la Punta del Pilón (con un hito enorme colocado por los pastores del valle en su cumbre) comemos algo. A lo lejos, el Monchoya.
Después bajaremos por aquí. Por cierto, el poste estaba en el suelo. No nos costó nada reponerlo.
Tras el aperitivo, emprendemos la marcha por el eterno sube y baja.
De ahí venimos.
Se hace largo y pesado este tramo.
A la derecha (sur) queda otro pueblo deshabitado del Sobrepuerto, Escartín.
14:05. Pasamos por una cota intermedia, desde donde ya queda a mano el Monchoya.
14:25. Monchoya (2.033m), tras cinco horas y veinte minutos de marcha. Se trata del punto culminante de este macizo.
La nubosidad ha aumentado desde hace un rato y las cimas ya no se ven con tanta nitidez.
Desde aquí podemos ver el macizo del Vignemale , techo del pirineo francés.
Al sur tenemos la Peña Canciás. Por sus entrañas horadarán el túnel de la carretera Sabiñánigo-Fiscal que está en construcción.
El cordal por donde descenderemos a Oto de Broto.
Coincidimos con una pareja de aragoneses en la cima y nos cuentan, entre otras cosas, que la vida ha vuelto a Bergua gracias "a varias personas alternativas"...
Viejos conocidos.
14:50. Tras comer más y despedirnos de la pareja, que se dirigen hacia la Punta Gábalo, volvemos al collado de antes.
Si a la ida el camino se ha hecho largo, el retorno roza el tedio.
15:40. De vuelta en el collado descendemos por el camino de la derecha (este).
Primero flanquea las laderas del Pelopín.
La GR-15 se dirige al pueblo abandonado de Yosa, que vemos en primer plano. Al fondo, Oto de Broto y el propio Broto.
Seguimos descendiendo.
En un collado, donde alcanzamos a un grupo de ingleses, la GR se desvía a Yosa. Seguimos por la PR.
Llevamos un buen trecho descendido.
Seguimos todas las indicaciones a Oto.
Un vistazo del cordal recorrido.
Ya estamos en el cordal que os mostraba antes desde el Monchoya. Destaca el llamativo color amarillo del erizón.
16:55. Nos codeamos con el boj en fuerte descenso. Llevamos ocho horas de marcha y el cansancio se nota.
Ya no hay tantas ganas de sonreír en las fotos...
17:30. Más desvíos; siempre seguimos el poste a Oto.
Salimos a una pista hormigonada y en una curva de herradura la abandonamos por un camino por la derecha.
Ya tenemos el pueblo de Oto a la vista. La verdad es que el descenso llega hasta el mismo pueblo, no hay tregua para las castigadas rodillas.
18:05. Tras nueve horas llegamos a Oto, dando por finalizada la travesía. Han salido muchos kilómetros, pero ha merecido la pena. Vaya que sí.
Ahora toca descansar para acometer cuarenta y ocho horas más tarde el ascenso a una cima salvaje: la Tendeñera (foto sacada desde el Erata).
Os dejo el mapa, en dos partes. El primero cubre la ascensión al Erata y al Pelopín. El segundo, el cordal al Monchoya y el descenso a Oto de Broto.
LAS NOTAS (La escala es del 1 al 5):
DIFICULTAD: 4. Recorrido de gran dureza por el perfil de rompepiernas. Se camina en todo momento por sendas y campas, pero la llegada a la meta produce un gran alivio. Ojo con el calor y la hidratación (no hay fuentes en todo el camino) en verano.
BELLEZA DEL ITINERARIO: 3,5. El gran aliciente de esta excursión reside en la panorámica: Collarada, Anayet, Midi d'Ossau, Tendeñera, Ordesa, Cotiella...
IMPORTANCIA DE LA CUMBRE: 3,5.
Continuará...
martes, 15 de julio de 2008
ERATA, PELOPÍN Y MONCHOYA (Los dosmiles del Sobrepuerto)
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6 comentarios:
Bravo!
Hola elales, me alegro de que te haya gustado el reportaje. La verdad es que nos salió un día redondo y, pese a que es una travesía muy larga, disfrutamos como enanos. El macizo del Sobrepuerto tiene algo que, francamente, engancha. Se palpa la historia de la humanidad por sus entrañas. Un fuerte abrazo.
Ni puta idea de la zona(como casi todas las que pones), pero oyes, si alguna vez voy, ya se donde coger info, te voy a fusilar como croquis.
Hola Luis, gracias por el comentario. Pues la zona merece mucho la pena. Ya sabes, no todo en el Pirineo es subir a los grandes. También existen estas cimas prepirenaicas que, por lo general, tienden a ser unos miradores de vértigo.
Hola hola, como decia aquel: "No hay por qué dezzpreciarlo", o sea que a nadie se le ocurra llamar pre-pirenaica a estas cimas. Son Pirenaicas! Lo mismo que un amigo mio que llamaba pre-Pirineos al Saioa, al Adi, ..., son Pirineos igual igual. Me ha encantado; conocía la zona de un número de la revista "El Mundo de los Pirineos". Ciao.
Hola Iñaki, gracias por el comentario. Tienes razón, da la sensación como que dejamos estas cimas de lado, siempre obsesionados por las alturas... Bien merecen una visita, son miradores de vértigo. Y por cierto, buen gusto por las revistas. Es la mejor.
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