miércoles, 22 de octubre de 2008

CANTERÉ (HECHO): Un menú micológico

Viene de aquí: ver repor
El amanecer del miércoles en Jaca fue desesperanzador. Para muestra un botón, con la Peña Oroel.
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Así que decidimos hacer tiempo por el valle de Hecho antes de rendir una nueva visita a uno de nuestros templos gastronómicos de la región: el restaurante Canteré, en Hecho. Antes conocimos Embún, famoso por las plantaciones de boliches (alubia blanca).
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Una perspectiva desde las bordas derruidas de arriba.
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Nos desplazamos también a Urdués (ver ubicación), cercano pueblo que no ha sabido amoldarse al turismo y al que, por lo tanto, poca vida le queda rrr28. Aquí con la iglesia parroquial de San Martín.
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Un amiguito. Quería zanahorias, pero no teníamos...
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El pueblo, desde la iglesia.
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Tenemos tiempo, así que nos dirigimos hasta la Boca del Infierno para ver si la nieve está cerca. Paramos el coche un poco más adelante de la casa de interpretación de megalitos, y nos recibe un viento helador.
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El Aragón Subordan bajaba envalentonado.
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El murallón del Costatiza.
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Otoño.
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El Castillo, bañado por las primeras nieves de la temporada.
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Más otoño.
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Y más nieve.
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Bueno, y después de tanto relleno, vamos a lo que nos interesa... Hecho es un pueblo donde hay varios sitos donde se come muy bien (Casa Blasquico o el Serbal, entre otros), pero el Canteré nos atrapa desde hace varios años. El bar está en la planta baja y el comedor, en el piso superior. Llegamos y Mónica nos reconoce. Para esta ocasión nos recomienda un menú micológico (26 euros) que aceptamos gustosamente. Comenzamos con un bombón de níscalos con muselina de ajos.
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Carpaccio de boletus edulis y jamón ibérico.
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Salmón relleno de setas con salsa holandesa.
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Terrina de jabalí con corte de rebozuelos.
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Y el risotto de piñones y senderuelas con trufa, café y azafrán.
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A FAVOR: Su carta variada, original, de productos de la tierra. A destacar el servicio de Mónica. El precio es bastante razonable.
EN CONTRA: -
Un poco más de información sobre el local: ver web y ver web

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