JARINDO (Uniendo pistas desde Marín)

La última vez que estuvimos en el valle de Leniz, allá por junio, no tuvimos suerte con el tiempo en una ruta que efectuamos con mi tío desde Apotzaga porque la niebla nos chafó las vistas. Es una tierra especial para nosotros y ayer regresamos con mi tío para conocer el monte Jarindo, en territorio alavés, desde el pueblo de Marín, uno de los rincones más perdidos de Gipuzkoa. Esta vez la meteorología fue de cara y disfrutamos de las excelentes vistas.
Ubicación: Valle de Leniz, Gipuzkoa.
Cima: Jarindo (880m).
Desnivel acumulado: 489m.
Distancia: 8,93km.
Duración: 2h y 35min.
Acceso: Partimos desde Marín, barrio perteneciente a Eskoriatza. Desde Donostia salimos dirección Bilbao por la autopista A-8 hasta la salida de Eibar, donde tomamos dirección Vitoria por la AP-1. Salimos en Eskoriatza, cogemos la carretera que lleva a Arlaban por Leintz-Gatzaga y estamos atentos a un desvío por la derecha que lleva en un kilómetro a Marín.

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10:00. Aparcamos en las últimas casas de Marín (458m), barrio perteneciente a Eskoriatza, tras dejar atrás la iglesia. Avanzamos por la carretera asfaltada.



El día es hermoso, el clásico de viento sur de otoño, y nos fijamos en la salida del valle hacia la sierra de Zaraia.



Tras dejar la última casa a la derecha llegamos a este núcleo de caminos. Vamos por abajo, por la derecha.



Un camino embarrado llanea y rodea varios caseríos.



La iglesia de Marín, junto a otras casas.



10:23. Tras atravesar un túnel (513m), por donde antaño pasaba el tren, el camino se vuelve a bifurcar. Giraremos a la izquierda y daremos una vuelta de 180º para caminar encima del túnel dirección oeste.



Es una pista que va junto a un pinar.



10:35. Enseguida volvemos a dudar (585m). Por un momento pensamos en ir por la derecha (como invita la imagen), pero al final optamos por la vía de la izquierda, que da más vuelta hasta salir al cordal pero lo hace de manera más cómoda. Después bajaríamos por la pista de la derecha.



Siempre por la vía principal, nos entretenemos mirando setas y viendo bandadas de palomas. En este punto, giramos a la derecha.



Y recorremos varios paisajes otoñales.









Una amanita muscaria.



Un poco más adelante, cogemos esa vía herbosa.



Y vamos llaneando un tramo por un pinar agradable.



11:18. Hasta que salimos a un collado (810m), ya casi fuera del bosque.



Ávidos de paisaje abierto como estamos, nos entretenemos con el Gorbea.






El progreso hasta la cima es evidente.



11:30. Jarindo (880m), en una hora y media desde Marín. Buen mirador de la zona alavesa, el Duranguesado y la sierra de Zaraia-Elgea.












Hacia la zona del Duranguesado.



Hacia Zaraia-Elgea. La flecha roja señala por donde volveremos.



Detalle del Duranguesado.



Y de Zaraia.



Tras picar algo e hidratarnos iniciamos el descenso. Apuraremos el límite del hayedo para bajar por donde indica la flecha roja.



Se trata de un acceso más directo, bastante más empinado, que desciende por el laberinto de pistas de la vertiente oriental del monte.



Con alguna que otra duda, vamos bajando al valle.



A la altura de esa borda, vamos por la derecha.



El camino desciende acusadamente.



Vemos las manchas del otoño en el Jarindo.



Marín.



Viaducto de la AP-1 y Zaraia.



De vuelta en el túnel.



Diferentes estampas de Marín.












12:35. Fin de la excursión.



Tras tomar el pintxo de rigor, subimos a Zarimutz, otro enclave perdido, para fotografiar un caserío con el Aitzorrotz de fondo.



Y os dejo el mapa.



Y os dejo el perfil.



Y en wikiloc os dejo el track: ver track

LAS NOTAS (La escala es del 1 al 5):
DIFICULTAD: 1,5. Camino apto para todo el público, cuyo único obstáculo es acertar en los innumerables desvíos de las pistas.
BELLEZA DEL ITINERARIO: 2,5. El acceso no es especialmente bonito, pero el entorno de Marín y la panorámica salvan la jornada.
IMPORTANCIA DE LA CUMBRE: 2.
Y ASÍ LO VIO MI PADRE: Me dice que "fue un paseo otoñal que despierta los sentidos. Visitamos aldeas de la Gipuzkoa profunda que me trajeron recuerdos de mi infancia".
Esta vez sí pudimos apreciar las vistas en el valle de Leniz.