Viene de aquí: ver repor
Y aquí: ver repor
Y aquí: ver repor
Finalizamos nuestro periplo de la semana pasada dando rienda suelta a dos de nuestras aficiones predilectas: la naturaleza y la gastronomía. Para ello visitamos por enésima vez el paraje de la selva de Oza, que guarda un encanto especial pese a una meteorología irregular, y dejamos que la guinda al pastel la pusiera el restaurante cheso Canteré, otra de nuestras debilidades. Qué débil es el ser humano...
Desde Jaca vamos dirección Pamplona hasta Puente la Reina de Jaca, donde cogemos por la derecha la carretera que lleva al valle de Hecho. La selva de Oza se halla al final de esta vía. Os dejo el acceso.
Ver mapa más grande
Nuestra mirada al llegar se centra en el Chipeta, la característica proa de barco. Ahí andan las nubes, entrando y saliendo.
Como en el cercano Castillo de Acher, la montaña que dibujaría un niño.
Dos tomas del Chipeta.
El dolmen de al lado del campamento Ramiro El Monje.
Más imágenes de Oza, que nos recibió con bastante frío antes de la última borrasca que iba a dejar más nieve todavía...
Bajamos al valle y cogemos una carretera que, antes de llegar a Siresa, asciende por la derecha. Está abierta al tráfico y lleva al poco visitado barranco de la Reclusa, en la cara meridional de la sierra de Alano. Un acceso que vengo a estudiar también para futuros proyectos... Nos paramos en una curva para sacar una pano del valle.
Vacas.
Siresa, donde destaca la iglesia de San Pedro.
La iglesia desde Siresa.
Siresa desde la iglesia.
Y damos una vuelta en Hecho, donde vemos que avanza la construcción de la piscina municipal.
Entramos en el Canteré, que ya cuenta con un reportaje en el blog: ver repor. Mónica nos recomienda, esta vez, el menú de la matacía. Nos sacan un aperitivo de morcilla.
Mientras mi padre le da a los boliches de Embún, yo me inclino por unas migas de pan con un huevo poché.
Él sigue con carrilleras de cerdo en salsa de oporto, y yo con solomillo de cerdo.
Finalizamos con una torrija caramelizada y el bizcocho de chocolate con salsa de mandarina.
Y de propina os dejo esta toma sacada en el pueblo de Yesa. Es su iglesia, la de San Esteban, que bien merece una mirada. Suele recibir más bien pocas.
Ya se vislumbra en un futuro cercano la salida a San Millán/El Torruco, techo de Burgos, y un poco más lejos el Txardekagaina, el Dec de Lhurs... Van llegando los platos fuertes de la temporada, cuando las sensaciones de emoción se incrementan. Y, como siempre, ha sido un placer conocer nuevos rincones pirenaicos y divulgarlos con sentimiento y admiración. Y respeto, la palabra clave.
Las Almunias y las Cabras
Hace 7 horas
2 comentarios:
En mi paso por Hecho este invierno me quedé con ganas de parar un rato a ver la iglesia de Siresa. Yo también cené en el mismo restaurante, recuerdo perfectamente lo del "huevo poché". Bonita tournée!
Aupa Iñaki, gracias por el comentario. Pues Siresa es una de las joyas del Pirineo, la verdad es que impresiona semejante edificio en un lugar tan modesto... Y el Canteré no nos defrauda, simepre cumple. Un abrazo.
Publicar un comentario