Al igual que en la vida, en la montaña también te encuentras con sorpresas. Ayer me desplacé hasta Irañeta para conocer a fondo el Madalenaitz, una cima original y sorprendente en las estribaciones meridionales de Aralar. La ruta de ida la efectué por las pistas de su vertiente norte hasta darle la espalda a la alargada cumbre. La parte final, de una vegetación tupida, me planteó algunos problemas. La otra sorpresa, la gran sorpresa, la dejé para el descenso...
Ubicación: Sierra de Aralar, Navarra.
Cima: Madalenaitz (856m).
Desnivel acumulado: 646m.
Distancia: 13,28km.
Duración: 3h.
Acceso: Partimos desde la aldea de Irañeta, en la Sakana navarra. Desde Donostia salimos en dirección Pamplona por la autovía A-15. Tras pasar Dos Hermanas, al lado de Irurtzun, cogemos por la derecha la autovía que lleva a Vitoria-Gasteiz. Estamos atentos a la salida de Irañeta, después de la de Ihabar. Debemos seguir la carretera principal hasta el final del pueblo, obviando todos los desvíos.
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9:08: Partimos desde esta pista de hormigón, que se encuentra en el extremo septentrional de Irañeta (453m).
Hacia la derecha ya destaca, imponente, nuestro objetivo de la jornada.
Enseguida torcemos a la izquierda y cruzamos al otro lado del río Arakil por este puente.
Y nada más hacerlo, giramos a la derecha.
La pista avanza decidida al norte. Es un tramo agradable para caminar porque no se gana altura.
9:17. Enseguida llegamos a esta bifurcación, junto a la ermita de San Miguel (447m). Vamos por la izquierda.
Y poco después dejamos a la derecha la casa rural Araiztar.
9:23. Nada más pasar una barrera, al lado de la casa rural, llegamos a este paraje (445m), con un bonito puente a la derecha. Seguiremos de frente y cruzaremos esa otra barrera.
9:32. La pista sigue llaneando hacia el norte y tropieza con otra que viene en perpendicular. En realidad, hay que tomar ésta y cruzar el río Urruntzure por la derecha, pero hoy no se puede por la cantidad de agua. Así que sigo para adelante y llego a un amplio claro con un depósito de aguas en el medio (455m). Lo rodeo por la izquierda (imagen sacada hacia atrás).
Cruzo el río por este paso.
Y hacia la derecha, subo por ese sendero (flecha roja).
Un sendero poco pisado serpentea por un bosque mixto y se incorpora a la pista.
Ésta asciende con decisión durante el primer kilómetro y luego llanea alternando hayas, castaños y pinos.
Vamos poco a poco rodeando el Madalenaitz, en el que destaca su imponente pared septentrional. La pista se dirige ahora al este.
10:10. Collado Olazabal (664m), en una hora desde Irañeta. Intersección de pistas; vamos por la de la derecha (flecha roja).
La pista pasa a ser sendero y parece que se va a perder.
Va a parar a un peñasco con bonitas vistas sobre la Sakana. Entonces giramos a la derecha para recuperar poco a poco la distancia respecto al Madalenaitz.
Al principio se avanza con comodidad y se disfruta de las vistas hacia el Beriain y el Artxueta.
Poco a poco la vegetación se va imponiendo a la hierba y debemos estar atentos a los hitos y a la pintura en las piedras. El sendero ya no es tan claro...
Por momentos parece que se cierra del todo... pero sigue. Justo después de este estrangulamiento, hay que girar a la izquierda en una bifurcación.
Y nos internamos en un galería de boj. Por si no tuve suficiente dos días antes en el Larrogain...
Penetramos en un hayedo, del que salimos enseguida a la izquierda, justo antes de la subida final. Otra vez los hitos serán nuestra guía.
En este punto (hito clave) giramos hacia la derecha.
Los últimos metros son un auténtico caos y cuesta horrores avanzar por la traza buena. Hay camino en todo momento, sí, pero cuesta verlo.
11:08. Madalenaitz (856m), en dos horas desde Irañeta (una hora desde el collado Olazabal).
Comienzo la panorámica con una imagen hacia San Miguel in excelsis y Artxueta (se aprecia sobre la mitad el tajo de la carretera que asciende al santuario).
Pano hacia el norte. Por ahí quedan las campas de Ata y el Akier, otro monte de difícil acceso.
Una hacia al este.
Y otra hacia el sur.
Irañeta, el punto de partida.
Uharte-Arakil.
Como una manzana, bebo agua y me voy. Hace un viento frío un tanto molesto. Los primeros metros me vuelven a exigir la máxima de las atenciones.
11:27. Bien, otra vez en el hayedo (778m), decido investigar por la ladera norte. La traza azul es la continuación del camino de ida. Yo desciendo por la dirección aproximada que marcan las flechas rojas. No quiero acabar al pie del precipicio, por lo que bajo con mucha concentración.
Voy más o menos recto hacia abajo y destrepo este murete con precaución (resbaladizo, a evitar con humedad).
Es un terreno con mucha pendiente, pero de momento bajo bien. Podría parecer que hay que tirar de frente, por entre esos bojes, pero giro a la izquierda y aparece una senda milagrosa.
Es una estrecha trocha horizontal, que avanza a modo de faja hacia el oeste. Cruzo una pequeña cascajera y sigo por la dirección que traía.
11:34. Para mi alborozo, esta senda me lleva hasta el final de la famosa cuerda (726m). Qué bien me lo voy a pasar...
En fuerte pendiente, me ayudo de ella para salvar el fuerte desnivel.
Vista desde el comienzo hacia arriba.
Salgo a una pista maderera, giro a la derecha y enseguida a la izquierda para descender al norte (flechas rojas).
Un bonito camino me devuelve a la pista de la mañana.
Éste es el punto donde nace la pista que lleva a la cuerda. Se trata del tercer desvío a la derecha según venimos del depósito de aguas. Francamente, yo recomiendo bajar por la cuerda. Si la elegimos como ruta de subida, hay que tener en cuenta que el sendero termina de repente y hay que superar unos veinte metros sin camino y en fuerte pendiente.
Ya por camino conocido, las paredes del Madalenaitz llaman mi atención. Parece familiar del Mugarra...
El sendero que evita el paso del río y lleva al depósito de aguas. Coloqué un hito (flecha pequeña).
En el depósito.
Insisto, me llevé una gran sorpresa con esta cima. De las más bajas de Aralar, pero también de las más originales.
Éste es el punto donde se debería cruzar el río Urruntzure.
De vuelta al coche, cuido los encuadres. Me gusta hacerlo.
12:08. Termino, tras tres horas de marcha, en Irañeta.
Y os dejo el mapa.
Y os dejo el perfil, que no está del todo bien en el descenso.
Y en wikiloc os dejo el track: ver track
LAS NOTAS (La escala es del 1 al 5):
DIFICULTAD: 3,75. El itinerario de ida es muy sencillo hasta la salida a la cresta. En la parte final hay que extremar la precaución con los hitos. Es muy fácil despistarse. El descenso es un tanto rudo, en parte fuera de sendero, y muy empinado. A evitar en días húmedos o lluviosos, es fundamental dar con el sendero horizontal que lleva a la cuerda.
BELLEZA DEL ITINERARIO: 3,5. La subida es monótona, pero la cima depara unas vistas originales. El descenso, si da con el buen sendero, le fascinará.
IMPORTANCIA DE LA CUMBRE: 3.
Pues sí, hay sorpresas en esta vida. También en la montaña.
Tetralogía de San Vicente
Hace 7 horas
6 comentarios:
Vaya gran pequeña montaña!!!... Menuda silueta que gasta más sugerente!!!... Mira a ver, que te estás aficionando a los tuneles de boj y luego es difícil desengancharse, je, je, je... Oye, ¿esa cuerda es con fines montañeros o madereros, se sabe quien la instaló?, la verdad es que es tope curiosa... Gracias por contárnoslo y enhorabuena por otra guapa cumbre!!!... Saludos Esgalleros!!!
Buenas tardes vidal, gracias por el comentario. La verdad es que es una pequeña gran montaña. A medida que te vas acercando y rodeándola, adquiere unas formas cada vez más espectaculares. Tiene su punto. Y lo de la cuerda, es el toque de emoción a la excursión. No tengo ni idea de su origen, pero ya investigaré. A lo mejor en la web de Mendiak me dicen algo. Que vaya bien.
Igual algún guía suizo que pasó por allí y quería rememorar su querido Matterhorn... quién sabe. Bonito rincón. Saludos.
Egunon Iñaki, gracias por el comentario. A ver si me entero de lo de la cuerda, que es francamente curioso. Por lo demás, una pequeña gran cima.
Unos rincones preciosos los que nos muestras en los reportajes, felicidades por la cumbre y...A seguir!!!
Buenas tardes Valentin, gracias por el comentario. Fue una excursión sencilla pero gratificante. No hace falta ascender a cumbres altas para disfrutar.
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