LARROGAIN, TU FAMA ES MERECIDA (Fallido)

Esta mañana nos hemos acercado a Aintzioa, en el valle de Erro, para intentar el Larrogain, pero ha habido un sentimiento de impotencia bastante importante. Había bastante nieve y aquello es el universo del boj. No ha habido manera, siquiera, de llegar a las campas de Mendigil, donde había leído que estaba la clave. Larrogain, tu fama es merecida.
Llegamos a Aintzioa, donde el otro día recibieron 0,70m de nieve...



Salimos por este camino, a la izquierda del frontón y la plaza del pueblo.



Ahí se queda Aintzioa.



Ya desde los 1.000m pisando nieve constantemente. Dejamos un aska a la izquierda y vamos por la derecha, dirección este.



Aquí hemos dejado la pista y hemos descendido por la derecha, y ahora tengo mis dudas de si hemos hecho bien. En el primer intento hemos llegado a la otra flecha, pero el boj nos ha impedido avanzar. Un vecino del pueblo nos ha dicho que las campas de Mendigil quedan al otro lado del Aintzioa, cien metros por encima de esa flecha...



Cruzamos un regato.



Por la nieve, ahora vamos dirección sur.



Aintzioa.



Y aquí hemos dejado la pista y nos hemos internado por la izquierda haciendo caso a ese hito. Después, a la bajada, hemos seguido intentándolo por la derecha.



Este hito. No sé si por esta zona queda la fuente famosa, donde hay hitos y marcas amarillas. Las marcas amarillas, desde luego, no las hemos visto hoy. Ni tampoco las cintas en el boj.



Así que hemos tirado para arriba, avanzando por lo evidente.






Cruzando una alambrada.



Pero sobre los 1.050m el camino se ha cortado por el boj. Hemos girado a la derecha y hemos llegado a unas campas. No se veía nada claro el tema.



Una pano sobre la divisoria de aguas. Bastante nieve...



Así que hemos vuelto a la pista (donde el hito) jurando en arameo (sobre todo yo), y la hemos seguido al sur. Aintzioa, allí.



Por más resquicios hemos seguido intentándolo.



A veces, parecía que sí...



Otra pano.



Macizo de Saioa.



El Adi.



Y Aintzioa. Otra vez ha habido una derrota sin paliativos ante el boj y vuelta al pueblo.



En fin, con cierta resignación he vuelto a Aintzioa. Ese momento en el que asumo que no va a poder ser me sigue teniendo dominado. Después el disgusto se me pasa y luego me suele quedar un recuerdo guapo. Cuando hemos llegado al coche se nos ha acercado un vecino: "Lo hemos comentado entre unos cuantos; no creíamos que pudierais llegar al Larrogain". Nos ha dicho dónde quedan las campas de Mendigil y me he hecho a la idea para la próxima ocasión. Mi padre no sé si volverá; yo ya sé que sí...