TREINTAITRÉS (TUDELA): A base de verduras

El viernes conocimos uno de los templos gastronómicos de Navarra. En el bar Álex del centro de San Sebastián nos hablaron hace tiempo de una joyita que se hallaba en Tudela con un nombre cuando menos curioso. Ya que hace mal tiempo y no podemos ir al monte, nos dedicaremos a comer bien. Mi padre se decantó por lo clásico (primer y segundo plato), mientras que yo iba con una idea fija. Éste es un restaurante que destaca por su oferta de verduras, así que me animé con su célebre menu degustación de verduras (40 euros, siete platos). Para que luego digan que a los jóvenes no nos gustan las verduras... El local presenta una decoración minimalista, tiene dos salas y cuenta con un servicio muy esmerado. La verdad es que el servicio estuvo de diez y la comida, de 33...
Ubicación: Tutera/Tudela, Navarra.
Acceso: Partimos desde Donostia a Pamplona por la autovía A-15. Seguimos dirección Zaragoza y, a la altura de Castejón, nos unimos a la autopista AP-68 que viene de Logroño. Entramos a Tudela por su salida norte y seguimos todas las indicaciones que llevan al centro de la localidad. Hay un parking público justo enfrente del restaurante.

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Nos plantamos en Tudela en algo menos de dos horas desde Donostia, pero llegamos con tiempo para dar una vuelta y hacer un poco de hambre. Quise subir alguna cota, pero en Tudela no hay cumbres centenarias rrr34. Aquí, en la Plaza de los Fueros.



Unos pimientos choriceros al sol.



Visitamos la catedral, del siglo XII.






La nave de la izquierda. Para entrar a la nave central y contemplar el retablo, el altar o el coro había que entrar por el museo, previo pago. ¿No es la iglesia la casa del señor y, por ende, de todos?



El retablo de San Antonio.






Un cuadro.



Otra vista de la plaza, centro neurálgico del pueblo. Nos tomamos un crianza con una croqueta a modo de aperitivo.



Unas cigüeñas anidando.



A las dos vamos al restaurante, a cinco minutos de la plaza. Ésta es su fachada. Menos mal que reservamos, porque se acabó llenando. Un viernes... ¿Dónde está la crisis?



Esto pediré yo, salvo algún cambio obligado por el calendario en el que nos encontramos.



Inicio mi menú degustación con una ensalada de cardo fresco.



Mi padre, con el puré de calabacín.



Que yo lo tengo como segundo.



Su segundo: pierna de cordero deshuesada rellena de verduras. Una delicia.



A mí me toca el tercero: ajetes frescos de nuestra plantación fritos dos veces.



Y las láminas de patatas confitadas en aceite de codillo de jamón con tallos de borrajas y sus cremitas. Iba tan acelerado que casi se me olvida la foto...



La penca de acelga rellena de ibérico y voulet de hongos con salsa holandesa gratinada. Un escándalo...



La corona de alcachofas con foie fresco y puerro crujiente. El séptimo, que eran las pochas de Tudela con guindillas en vinagre, se me olvidó fotografiar. Estaba muy ocupado...



El postre de mi padre: higos frescos rellenos de helado.



Y el mío: sorbete de yogur con salsa de tomate.



Todo esto regado con un vino superior.



A FAVOR: La originalidad del menú, su innovación. El trato del servicio y, en especial, el de los dueños (María Pilar Vicente y Ricardo Gil) es excelente. Dadle conversación a Ricardo, que estará encantado, y dejadle que os muestre fotografías de sus huertas y veréis, por ejemplo, cómo plantan los cardos.
EN CONTRA: La rapidez del servicio, a mi juicio excesiva.
Más información: ver web
En definitiva, un lugar más para comer muy bien en Navarra. A la altura de los mejores que conocemos de la comunidad foral (Casa Zanito-Olite, Túbal-Tafalla, Hartza-Pamplona, Beti Jai-Aoiz, Richard y Navarra-Estella...).