Fíjense qué pueblo más bonito.

Hacía un calor importante y parecía que una tormenta se estaba gestando en el valle, pero aguantó.

Típico pueblo en el que te das bruces con la paz. El silencio.




De aquí me bajé para Esterri d'Aneu, el núcleo importante. Nada que ver con el anterior.


Pero que me dejó bonitas imágenes en torno a un puente.





Camino del valle de Isil, es obligada la parada en la iglesia románica de Sant Joan. Una verdadera joya.


Más del valle de Isil.






La penúltima parada, bajo un calor sofocante, la efectúo en Llavorsí.



Y la última, en Ribera de Cardós. Éste será nuestro campamento base para acometer las ascensiones de los próximos días.



Continuará...
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